“Dicen que no hablan las plantas, ni las | fuentes, ni los pájaros, | Ni el onda con sus rumores, ni con su brillo | los astros, | Lo dicen, pero no es cierto, pues siempre | cuando paso, | De mi murmuran y exclaman: | Ahí va | la loca | soñando con la eterna primavera de la vida y de los | campos…“. Estos versos de Rosalía de Castro (1837-1885) ilustran la fascinación de la poetisa gallega por la naturaleza y cuya obra poética está poblada, particularmente, de flores y plantas.
María López Sández, Fernando Cabo Aseguinolaza y Maria do Cebreiro Rábade Villar, profesores de la Universidad de Santiago de Compostela, así lo han constatado tras un minucioso estudio de la obra de Rosalía de Castro que les ha llevado a organizar el llamado «Herbario de Rosalía», de cuya creación se ha encargado la también profesora María Isabel Fraga Vila junto a la propia María López Sández que, junto con Miguel Fraga Vila, responsable del tratamiento fotográfico, constituyen el núcleo creador de este proyecto que navega entre la literatura y la botánica.
Formado por 150 pliegos de plantas que figuran en la obra de Rosalía de Castro, una significativa selección se pudo ver del 19 de febrero al 24 de marzo de 2022 en el Invernadero de los Bonsáis del Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) de Madrid en la exposición Herbario Rosalía de Castro. Nasín cando as prantas nasen con la que, en palabras de sus comisarios, persiguen «rendir un homenaje a la creadora literaria que nos enseñó a mirar el paisaje de otra manera».
Un proyecto nacido en 2019
Según explica María López Sández, durante el año 2019 ella misma y María Isabel Fraga Vila realizaron un herbario físico inspirado en la obra rosaliana, para lo cual tuvieron que realizar previamente un vaciado completo de su creación literaria, para localizar la totalidad de las plantas y flores mencionadas.
«Luego, siguiendo el ciclo anual y privilegiando los espacios que Rosalía de Castro recorrió y describió en sus obras, se selecionó el material. Una importante serie de rosas, de acuerdo con más de un centenar de menciones que aparecen en la obra de Rosalía, pero también de yerbas del cementerio o hierbas del campo florido, en consonancia con la valoración de la flora humilde que fue común a los autores marcados por el Romanticismo, desde William Wordsworth hasta la propia Rosalía», señala López Sández al tiempo que, apunta, «sin el conocimiento de botánica de María Isabel Fraga, no se podría haber llevado a buen término este herbario» para aclarar que, «es más literario que científico».